Esta mañana leo en El Periódico Extremadura una de esas noticias que resultan descorazonadoras para tantos que sentimos algo especial por nuestra ciudad. El reportaje se refiere al fracaso del proyecto de una gran exposición que habría girado en torno a la íntima relación de Cáceres con el descubrimiento, conquista y colonización el Nuevo Mundo. De haberse celebrado, hubiera tenido por título El oro de América.
La idea partió hace cuatro años de la Federación Empresarial Cacereña (FEC), pues a quien realmente le interesa el turismo de la ciudad es a los hosteleros, cansados de comprobar cada puente o fin de semana cómo los que nos visitan no paran por aquí más de una noche, pues no hay nada más para ver que cuatro piedras mudas y eternas. Pensaron entonces que sería bueno montar una exposición de gran envergadura, a imagen de otras ciudades patrimoniales que ya han tenido las suyas y las seguirán teniendo, como Toledo, Córdoba…
Se llegó incluso a encargar un estudio al respecto de la posible exposición, que fue elaborado y presentado a finales del 2004 por Juan Valadés, director del Museo de Cáceres. Pero después de haber invertido tiempo y trabajo, y con la ilusión puesta en el proyecto y en el futuro de la ciudad, se llegó a la vía muerta indicada por quienes se supone que deberían haber cumplido las funciones de jefe de estación, es decir, el alcalde y sus concejales. Parece ser que el Ayuntamiento sólo ha aportado reparos, ha demostrado pocas ganas de colaborar y trabajar y, aparte de escurrir el bulto en el tema de la financiación, para justificar esta postura ha llevado el asunto al terreno de lo personal, argumentando que no sabían si lo de la exposición sería competencia de la Concejalía de Turismo (del extinto Rodríguez Cancho) o de la de Cultura (de la señora Leirachá).
Comprendo y me solidarizo con los promotores de esta genial idea de montar una exposición titulada El oro de América. Hace dos años yo tambien acudí al Ayuntamiento con un trabajo de historia local y mucha ilusión bajo el brazo. Me recibieron de manera muy cordial, con muy buenas palabras y amplias sonrisas, para convencerme de que valía la pena publicarlo. A los pocos días, recibí una escueta llamada de teléfono y un auxiliar administrativo me comunicó que ya no estaban interesados, que también «les faltaba dinero» para esto.
En fin, si piensan que editando sólo las guías de la Semana Santa y poniendo árboles de Navidad ecológicos llegaremos a ser algún día Ciudad Europea de la Cultura, van listos.
La idea partió hace cuatro años de la Federación Empresarial Cacereña (FEC), pues a quien realmente le interesa el turismo de la ciudad es a los hosteleros, cansados de comprobar cada puente o fin de semana cómo los que nos visitan no paran por aquí más de una noche, pues no hay nada más para ver que cuatro piedras mudas y eternas. Pensaron entonces que sería bueno montar una exposición de gran envergadura, a imagen de otras ciudades patrimoniales que ya han tenido las suyas y las seguirán teniendo, como Toledo, Córdoba…
Se llegó incluso a encargar un estudio al respecto de la posible exposición, que fue elaborado y presentado a finales del 2004 por Juan Valadés, director del Museo de Cáceres. Pero después de haber invertido tiempo y trabajo, y con la ilusión puesta en el proyecto y en el futuro de la ciudad, se llegó a la vía muerta indicada por quienes se supone que deberían haber cumplido las funciones de jefe de estación, es decir, el alcalde y sus concejales. Parece ser que el Ayuntamiento sólo ha aportado reparos, ha demostrado pocas ganas de colaborar y trabajar y, aparte de escurrir el bulto en el tema de la financiación, para justificar esta postura ha llevado el asunto al terreno de lo personal, argumentando que no sabían si lo de la exposición sería competencia de la Concejalía de Turismo (del extinto Rodríguez Cancho) o de la de Cultura (de la señora Leirachá).
Comprendo y me solidarizo con los promotores de esta genial idea de montar una exposición titulada El oro de América. Hace dos años yo tambien acudí al Ayuntamiento con un trabajo de historia local y mucha ilusión bajo el brazo. Me recibieron de manera muy cordial, con muy buenas palabras y amplias sonrisas, para convencerme de que valía la pena publicarlo. A los pocos días, recibí una escueta llamada de teléfono y un auxiliar administrativo me comunicó que ya no estaban interesados, que también «les faltaba dinero» para esto.
En fin, si piensan que editando sólo las guías de la Semana Santa y poniendo árboles de Navidad ecológicos llegaremos a ser algún día Ciudad Europea de la Cultura, van listos.
La noticia a la que me refiero aparece publicada hoy, 4 de febrero de 2007, en El Periódico Extremadura: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=283699
1 comentario:
De haberse hecho le tendrían que haber puesto "EL ORO ROBADO DE AMÉRICA".
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