domingo, 15 de marzo de 2009

Violencia doméstica en el siglo XVI

Rebuscando entre mis apuntes de las asignaturas de Paleografía y Fuentes documentales en la Edad Moderna, me he encontrado el siguiente fragmento de un testamento, fechado en 1581, que no tiene desperdicio ninguno:

(…) Yten digo y declaro que por cuanto al tiempo que Hernando de Aldana mi hijo se casó primera vez yo le hice donación de tres mil ducados para que se casase, digo que no lo hice por me reconciliar con él sino por temor que de él tenía y por persuasiones de algunos caballeros que me dijeron y aconsejaron que lo echase de mi casa por la vía que pudiese, pues veía que cada día echaba mano a la espada para mí y me deshonraba, y la dicha donación no se la hiciera si se la hubiera de dar de mi hacienda, aunque todo el mundo me lo dijera, sino hícela por las razones dichas y porque se la había de dar después de casado de la hacienda de su madre a cumplimiento de la legítima que había de haber de la dicha su madre, pues era ya muerta cuando le hice la dicha donación y por fuerza había de llevar la legítima casándose, aunque yo no quisiera y porque entendí que fuera para que me fuera obidiente conforme a la obligación que los hijos tienen a sus padres, y antes ni después no lo ha hecho syno muy al contrario y me ha desobedecido muchas veces gravemente y me ha injuriado con graves y malas palabras y obras, porque un día echó mano a la espada para matarme y me dixo puto erexe traydor y no contento con esto echó mano de una azagalla y me la quiso tirar si no fuera por unos ombres que le tuvieron el brazo me la arrojara, y otro día me apedreó el tejado y la puerta de mi casa estando yo en ella, diziéndome muchos vituperios (…). Y el día que se iba a desposar a Alcántara me echó de casa aquella noche y diziéndome tan feas palabras que es vergüenza dezirlas (…) y además de esto me ha puesto pleito muchas vezes y echóme parecer en juicio siendo viejo como soy de ochenta y seis años (…). E porque tantos e tan graves excesos y delitos contra los mandamientos de Dios e leyes destos reynos, de alguna manera se castiguen para pena del dicho Hernando de Aldana y en ejemplo de otros, por las dichas cabsas e por cada una dellas lo desheredo y excluyo y hago ajeno y extraño de mis bienes y herencias (…).

Este mismo suceso, si hubiera ocurrido tal día como hoy, ocuparía las portadas de los periódicos y aparecería en las cabeceras de todos los telediarios. Pero entonces eran otros tiempos, y los trapos sucios se lavaban en casa.

1 comentario:

Mattt dijo...

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