lunes, 22 de diciembre de 2008

¡Ay, la Virgen!

¡Ay, la Virgen! Me acuerdo que exclamaba mi abuela, cada vez que recibía un sobresalto, o cuando escuchaba una mala noticia en el transistor que, inseparable, la acompañaba allá donde fuera, en el bolsillo de su bata. No sé si hubiera dicho lo mismo, de haber visto la portada de este mes de la revista Playboy (en su edición mejicana). Lo cierto es que yo me he quedado con la boca abierta, no por considerar que esto sea una blasfemia, ni mucho menos --líbreme la Virgen de la Montaña de ser tan retrógrado--, sino al ver cómo está la moza. Como diría un amigo mío: con vírgenes así, estarían las iglesias llenas…


1 comentario:

Anónimo dijo...

jajaja, esto q lo has puesto para atraer a mas publico??

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