viernes, 5 de diciembre de 2008

La vida sigue igual...

Imágenes como ésta me cuecen la sangre y, por el mismo motivo, siento vergüenza de este país donde me tocó nacer.

Los compañeros de partida de Ignacio Uría, asesinado ayer por un pistolero de ETA, se entretienen como cada tarde jugando a las cartas, como si no hubiera pasado nada, como si muy cerca de allí una madre y unos hijos no estuviesen velando un cadáver (Foto publicada por El Mundo).

3 comentarios:

Unknown dijo...

Mucho ojo, porque según tengo entendido, los compañeros decidieron jugar la partida que iban a jugar con Uría como homenaje al asesinado y como un símbolo de que ETA no iba a cambiarles la vida. Yo que tú no me fiaría mucho de lo que dicen Pedro J. y sus muchachos.

Antonio Norbano dijo...

No es por hacer más caso a un períodico u otro, pues parto de la base de que todos mienten... pero gente cercana al entorno también me ha comentado que la partida efectivamente se jugó, y los motivos eran más bien el miedo, la indiferencia y la complicidad que ahogan buen parte de esta sociedad enferma. De todos modos, no te desmiento y por ello concedo el privilegio de la duda...

Un saludo,

Unknown dijo...

Es que yo por miedo no me pongo a jugar al mus, eso te lo puedo asegurar. Es un gesto, y el tema está en cómo lo interpreta uno u otro según le va la historia.

Yo, si tengo miedo, me quedo en casa agarradito a la escopeta, por si las moscas.

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