No se trata sólo de Tintín o el Capitán Trueno… también soy un fanático de La Guerra de las Galaxias. Por eso mismo, mi habitación parece más la guarida del androide --o del amo del calabozo--, donde las figuras de C-3PO y R2-D2 comparten sitio, además de con tantos libros que no me caben ya en las estanterías, con maquetas, peluches, fósiles y demás enredos. A veces me cuesta encontrar un poco de espacio para guardar, por ejemplo, la ropa. Parece como si mi cuarto estuviera invadido por una especie de horror vacui, en donde cada personaje o período de la Historia reclama su puesto. En el fondo, no se trata más que de los efectos colaterales de varias pasiones que arrastro desde mi infancia.
Una de esas pasiones, como digo, tiene que ver con la saga cinematográfica de George Lucas, esa serie de películas que alguien definió como las antiguas novelas de caballerías adaptadas a los viajes interestelares. Desde pequeño me gustaron este tipo de aventuras, y aún hoy, si me encuentro con alguien que comparte mis mismas aficiones, puedo pasarme horas disertando sobre la similitud entre la orden de los Jedi y los caballeros templarios, o si el conflicto entre la Alianza Rebelde y el Imperio no es más que una traslación de la crisis de la República en la antigua Roma.
Una de esas pasiones, como digo, tiene que ver con la saga cinematográfica de George Lucas, esa serie de películas que alguien definió como las antiguas novelas de caballerías adaptadas a los viajes interestelares. Desde pequeño me gustaron este tipo de aventuras, y aún hoy, si me encuentro con alguien que comparte mis mismas aficiones, puedo pasarme horas disertando sobre la similitud entre la orden de los Jedi y los caballeros templarios, o si el conflicto entre la Alianza Rebelde y el Imperio no es más que una traslación de la crisis de la República en la antigua Roma.
La última vez que estuve en Madrid, hace cosa de dos meses, sin poder resistirme y dejarlo para otra ocasión, tuve que ir a ver la exposición sobre Star Wars, que todavía se puede visitar en el centro del Canal de Isabel II, en la Plaza de Castilla. No me esparciré con detalles sobre la misma, porque pienso que es para verla; todo lo que pueda contaros es poco, en comparación con lo mucho que disfruté: más que un niño pequeño. Si no sois seguidores acérrimos de la saga (o si acaso sois fans de Star Trek), tampoco os preocupéis; la exposición vale por sí misma, su montaje es espectacular y los criterios museográficos son tan cuidados e incluso mejores que los que se emplean en muchos museos o exposiciones convencionales.
«Star Wars: The Exhibition» se puede visitar hasta el 15 de marzo en la Sala de exposiciones Arte Canal, Plaza de Castilla (Madrid).
Abierto todos los días de 10’00 a 21’00 horas.
Entradas, en taquilla: 10 € (general), 5 € (reducida).
3 comentarios:
-DOY FE!!
(su hermano)
Das mucho miedo en esa foto, jejejeje
Hernando.
"El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Veo mucho miedo en ti"
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