jueves, 18 de septiembre de 2008

Conductor novel


No sé si alguien dudaba de que lo aprobaría la primera, pero desde esta mañana, tras haber superado el examen práctico de conducir, soy oficialmente uno de tantos españoles con derecho a contaminar, aunque a cambio de poder llegar antes y cómodamente a los sitios. Lo que sucede es que, por ahora, no tengo coche…

A raíz de esto y para que no parezca que esta entrada la escribo sólo por presumir --o por reírme de aquellos amigos y familiares que no se sacaron el carné hasta el tercer intento o más--, quiero poner este video de una de las series de televisión más divertidas de nuestra infancia, que seguramente recordaréis.

martes, 16 de septiembre de 2008

Lápida romana redescubierta en las obras del Hotel Atrio


Como prometí hace dos semanas, quedé pendiente de informar de un nuevo e interesante descubrimiento arqueológico en el mismo casco antiguo de Cáceres. En el transcurso de las obras de demolición del edificio donde se proyecta construir un hotel, propiedad de los dueños del Restaurante Atrio, para más señas, situado en la Plazuela de San Mateo, en la confluencia de las calles Condes y Olmos, se descubrió hace cosa de menos de un mes, la siguiente inscripción romana, que se encontraba empotrada en uno de los muros. Inmediatamente ha sido trasladada y depositada en el Museo de Cáceres, en cuyo jardín he podido verla y estudiarla.

Se trata de un epígrafe conocido desde que el clérigo Simón Benito Boxoyo la documentase en 1790; sin embargo, desde el siglo XIX para acá debió permanecer oculta y todos los demás investigadores la han dado por perdida.


Estela funeraria de granito, de forma rectangular, con el campo epigráfico en la parte superior, rehundido en una especie de hornacina cuadrada con remate semicircular.

Dimensiones: 97 x 47 x 24 cm.
Dimensiones del campo: 36 x 31 cm.
Altura de las letras: 1ª y 2ª línea, 8 cm.; 3ª, 7 cm. Capitales cuadradas.
Procedencia: La casa esquina de la calle Olmos y de los Condes, que fue propiedad del Marqués del Reyno y hasta hace poco estuvo ocupada por los servicios territoriales de la Junta de Extremadura. Actualmente, se ha demolido para construir en el solar un hotel de lujo.
Situación actual: Museo de Cáceres.

Q(uintus)
Uruci(us)
Câpitoni(s) f(ilius)

«Quinto Urucio, hijo de Capitón».

J. Martínez Quesada (1965): Extremadura en el siglo XVIII (Según las visitas giradas por la real Audiencia de Extremadura en 1790). Barcelona: 101, nº 13 = S. B. Boxoyo (1952): Historia de Cáceres y su Patrona. Cáceres: 150, nº 14 = E. Cerrillo Martín de Cáceres (2007): Claudio Constanzo y la epigrafía extremeña del siglo XIX. Madrid: 110, f. 21, nº 14 = Anónimo (1854): Cáceres en 1828: datos históricos estadísticos y otras curiosidades. Cáceres: 43, nº 3 = CIL II, 716 (de Masdeu, Boxoyo y Constanzo) = CPILC, 100 = C. Callejo Serrano (1968): «La arqueología de Norba Caesarina», Archivo Español de Arqueología, XLI, 117-118: 145, nº 33 = J. Esteban Ortega (2007): Corpus de inscripciones latinas de Cáceres. I. Norba. Cáceres: 140-141, nº 174.

Como ya hemos comentado, Boxoyo es quien primero documenta esta inscripción, en sus dos manuscritos: las contestaciones al interrogatorio de la Real Audiencia (1790) y en sus Noticias históricas de la muy noble y leal villa de Cáceres (1794). En este último dice: «En el Portal de la casa de Golfines de arríba hai una lapida de mas de 3 varas de largo, y dice así: Q. Vrvci. Carioni. f. “Quinto Urucio, hijo de Carion”». Constanzo la describe en el mismo lugar, aunque varía su transcripción: «En el Portal de la Casa de los Golfines de Arriva, Calle del Ólmo hay una Lapida de mas de Tres Varas con esta Ynscripcion. Q· / Vrvci· / Cayioni· / f· La tercera letra de la tercera linea es una T. Antigua. La Lapida parece Sepulcral; y puede lèerse de dòs maneras: ó Quinctus Vrucius Cationi Filius. Quinto Urucio Hijo de Cation: Ò mas bien Quinctus Vrucius Cationi: Fecit: Quinto Vrucio (Hizo este Sepulcro) á Cation.»


Una lectura correcta es la que sugiere Hübner (1869), aunque para entonces es posible que la inscripción ya no se encontrase a la vista. De todos modos, los autores anteriores le informaron de que se encontraba en el Palacio de los Golfines de Arriba, y no en las casas donde finalmente ha reaparecido. En dicho palacio, en la actualidad existe otra inscripción, empotrada en la pared al lado de una ventana, que nada tiene que ver con la que aquí mencionamos, y de cuyo análisis y estudio me ocupé al escribir mi Paseo epigráfico (nº 12).

El nomen Urucius no aparece documentado en ningún otro lugar de la Península Ibérica, por lo que estaríamos ante lo que en la jerga epigráfica se conoce como un unicum. Por su parte, de Capiton existen bastantes ejemplos en la Lusitania (VV AA (2003): Atlas antroponímico de la Lusitania romana. Mérida-Burdeos: 132-133) Forma parte del grupo de cognomina latinos que hacen referencia a las peculiaridades físicas del individuo (I. Kajanto (1965): The Latin Cognomina. Helsinki: 235), pudiendo traducirlo en esta caso como «cabezón». Capiton y, sobre todo, la forma Capito aparecen exclusivamente en la Hispania indoeuropea, es decir, en la Lusitania y la Celtiberia (J. Untermann (1965): Elementos de un atlas antroponímico de la Hispania Antigua. Madrid: 89-90, mapa n.º 29). Es interesante resaltar que en latín estos nombres terminados en –on perdieron pronto la –n. El hecho, pues, de que en la Península esté atestiguado Capiton parece indicar que entraría en ella en fecha muy temprana, probablemente en las primeras campañas militares del siglo II a. C. En la provincia de Cáceres contamos con ocho casos: en Belvís de Monroy, Brozas, Cáparra (2), Tejeda del Tiétar, Trujillo, Valdelacasa de Tajo y, finalmente, en Cáceres, en una de las dos inscripciones empotradas en la fachada del palacio del Vizconde de Roda, que en su momento también traté en mi Paseo epigráfico (nº 4).


La casa en la que ha aparecido la inscripción y que dentro de nada se convertirá en un lujoso hotel, como hemos comentado, perteneció al famoso García de Arce y Aponte, VIII Marqués del Reyno, y según dicen en ella vivía su amante, la gitana Carmen Campos, cuando no pasaba los veranos en el castillo de la Arguijuela de Arriba. Pero esta es otra historia, que algún día posiblemente os cuente…

lunes, 15 de septiembre de 2008

Qué asco de reggeatón

En esta vida hay muy pocas cosas que, de verdad, pueda decir que las odie. Los que me conocen, saben que soy una persona tranquila y bastante tolerante. Pero esa jodida música que desde hace un tiempo está de moda, me saca de mis casillas. Todo en torno a ella me parece aberrante: su ritmo despiadado con los oídos, las letras que parecen escritas por un borderline obsesionado con meterla, esos bailes en que unas jamelgas lascivas se refriegan alrededor de chuloputas y narcotraficantes… y, por último, el atuendo de cantantes y aficionados, a mitad entre el de un charcutero y un recluta manflorita.


Si entre los presentes hay algún incondicional de este ruido, le pido mil disculpas. Pero como digo, supera a mi continencia verbal. Y no soy el único, o si mirad lo que sucedió hace pocos días, en el casting de un conocido concurso de televisión. No conozco a la miembro del jurado --¿o debería decir miembra?--, pero razón no le falta. A veces en la vida es preciso dejar la tolerancia de lado, cuando lo que se cometen son atentados contra el buen gusto y la dignidad humana. Como me decía un profesor: «ya que no queda ética, por lo menos defendamos la estética».



Y para que aquellos que puedan sentirse ofendidos por mis palabras, les invitó a escuchar el siguiente tema de Extremoduro, para que comprueben que si se quiere se puede ser soez, pero por lo menos escribiendo canciones que te llenen el alma.




Vive mirando una estrella
siempre en estado de espera.
Bebe a la noche ginebra
para encontrarse con ella.

Sueña con su calavera
y viene un perro y se la lleva,
y aleja las pesadillas
dejando en un agujero
unas flores amarillas
pa´ acordarse de su pelo.

Sueña que sueña con ella
y si en el infierno le espera...
Quiero fundirme en tu fuego
como si fuese de cera.

Antes de hacer la maleta
y pasar la vida entre andenes,
deja entrar a los ratones
para tener quien le espere.

Sueña con su melena
y viene el viento y se la lleva,
y desde entonces su cabeza
sólo quiere alzar el vuelo,
y bebe rubia la cerveza
pa´ acordarse de su pelo.

Sueña que sueña la estrella
siempre en estado de espera;
vuelve a coger la botella
y pasa las noches en vela,
...siempre en estado de espera
.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Escudos de los Vargas y Figueroa

Hace unos días, cuando le dediqué una entrada a la noticia del descubrimiento del sepulcro de Francisco de Vargas Figueroa, en la cripta de la iglesia de San Francisco Javier, se me olvidó comentar algo más. En la Cuesta del Marqués, concretamente sobre el dintel de un portalón de las traseras del Palacio de los Golfines de Abajo, se pueden apreciar sendos escudos procedentes del acarreo de las casas de los Vargas de Figueroa, que como dijimos, fueron derribadas para construir en su solar la iglesia y el colegio de los jesuitas, de los cuales Francisco de Vargas Figueroa fue su benefactor.


El primero de estos blasones, el situado a la derecha, bien podría pertenecer al mismo Francisco de Vargas Figueroa, ya que se trata de un escudo cuartelado en cuya parte superior se distinguen muy bien las armas de los Vargas y los Figueroa; aunque debajo, los dos cuarteles restantes están deslascados, pero podríamos imaginar que perteneciesen a los Aponte y los Zúñiga, armas que ya fueron descritas en la entrada anterior y que corresponderían a los apellidos de la madre de don Francisco, es decir, a Catalina de Aponte y Zúñiga (1606-1646), hija de Diego de Aponte y Aldana (n. 1589) y de María de Zúñiga y Reinoso.

Sin embargo, la observación del siguiente escudo, el de la izquierda, me hace dudar de que este primero pudiese pertenecer a Francisco de Vargas y Figueroa (1638-1698), quinto y último señor de Mayoralguillo. En este caso, se trata de un escudo partido con las armas de Paredes --en campo de azur, siete estrellas de plata, puestas 3, 1 y 3-- y Torres --en campo de gules, cinco torres de oro, puestas en sotuer--. Este escudo, sin duda alguna, pertenecería a la tatarabuela de don Francisco de Vargas, María de Paredes y Torres, que se casó con García de Vargas y Figueroa, primer señor de Mayoralgillo.

Por esto mismo pienso que el primer escudo podría haber sido, no el de Francisco de Vargas, sino el de su tatarabuelo García, el iniciador de esta línea sucesoria. García de Figueroa y Vargas, a su vez, era hijo de Sanctos de Figueroa († 1490), que fue regidor de Cáceres, y de Mencía de Contreras. Por lo tanto, los cuarteles inferiores del primer escudo quizá contuviera las armas de este apellido: «en campo de plata, tres palos de azur; en campo de azur, un muro almenado de plata invertido, es decir, con las almenas hacía abajo; todo con bordura de gules, con ocho aspas de oro».

Aunque ya puestos a elucubrar, estos cuarteles que aparecen borrados podrían pertenecer a cualquiera de las mujeres que se casaron con cada uno de los señores de Mayoraguillo; por ello, para que no quepa ninguna duda, a continuación describo toda la línea genealógica, y que cada cual saque sus propias conclusiones o elija el apellido que más le guste:

- García de Vargas y Figueroa ∞ María de Paredes y Torres.

- Diego de Vargas y Figueroa ∞ Jerónima de Ocampo († 1592).

- Francisco de Vargas y Figueroa († 1621) ∞ María Golfín (n. 1570), hija de Sancho Paredes Golfín († 1598), señor de Torrearias, y de Juana de Mendoza († 1582).

- Diego García de Vargas y Figueroa (1602-1682) ∞ Catalina de Aponte y Zúñiga (1606-1646), hija de Diego de Aponte y Aldana (n. 1589) y de María de Zúñiga y Reinoso.

- Francisco de Vargas y Figueroa (1638-1698), religioso.

La Cuesta del Marqués, también llamada Cuesta del Río, donde se encuentra los dos escudos citados, justo enfrente de la casa-museo árabe Yusuf Al Burch.

Fuentes:
- Pedro de Ulloa Golfín: Memorial de Ulloa. Madrid: Francisco Sanz, 1675; ff. 118v-119.
- A. de Figueroa y Melgar, duque de Tovar y marqués de Gauna: Estudio histórico sobre algunas familias españolas. Madrid: Dauzon & Fry, 1965-1971; tomos I y IV.
- J. M. Lodo de Mayoralgo: Viejos linajes de Cáceres. Cáceres: Caja de Ahorros y Monte de Piedad, 1971; págs. 102-104.

El gran colisionador de hadrones

Cuántas veces me lo habrá dicho mi madre: soy tan despistado, que si algún día ocurre el fin del mundo, no me enteraría hasta una semana después. Y en parte razón no le falta, porque me acabo de enterar que el apocalipsis estaba programado para el miércoles pasado, pero a mi nadie me dijo nada hasta ayer por la tarde. Joder, haberme avisado por lo menos el domingo, que me hubiera dado tiempo a despedirme de la gente.

Los de siempre, es decir, los medios de comunicación --que se suelen dedicar fundamentalmente a inventar y difundir bulos, para desviar la atención del personal de los asuntos que realmente son preocupantes y de paso meter miedo-- decían que tras la puesta en marcha del flamante acelerador de partículas, o gran colisionador de hadrones, recién inaugurado en Ginebra (Suiza), existía un alto riesgo de que accidentalmente se crease un agujero negro, que engulliría el planeta en unos pocos nanosegundos… así que por las mismas, nos iríamos a tomar por culo. Al final no sucedió nada, como casi siempre cuando anuncian el fin del mundo, por lo que tendremos que esperar hasta el 21 de diciembre de 2012, que es para cuando los mayas predijeron que todo se va ir al garete, pero esta vez de verdad.


Más allá de que el aparato este sirve para acelerar partículas y, en su defecto, crear agujeros negros, por más que he tratado de ilustrarme, no he sido capaz de comprender cómo funciona, ni si los resultados que se obtengan de los experimentos van a tener alguna aplicación práctica. Supongo yo que sí, porque si no se habrían pasado más de veinte años para construir el artilugio, ni hubiera costado la friolera de millones de euros que dicen… por cierto, quién los pillara. Uno que es de letras, y lo máximo que alcanza a comprender es la composición del átomo (electrones, protones y neutrones), cuando me sacan de ahí y me hablan que si de fermiones, quarks, fotinos, bariones… y demás mierda subatómica, me siento como un completo imbécil, que ha dedicado su vida a indagar en los chismes de reyes y reinas, papas, presidentes y dictadores, filósofos y artistas, en vez de ocuparme de lo realmente importante: tratar de comprender los misterios del universo y las leyes que lo regulan.


En fin, aunque me gustaría explicaros en que consiste el colisionador de partículas este, no me siento capacitado, por lo menos hoy, que me acabo de despertar, y por eso os invito a que veamos este documental, donde una panda de científicos, más que aclararnos las cosas, presumen de todo lo que saben y que el resto de los mortales, analfabetos funcionales, no alcanzamos a comprender.

parte 1 - parte 2 - parte 3 - parte 4 - parte 5


Si todavía tenéis dudas sobre en qué consiste este proyecto millonario del colisionador de hadrones, podéis ver otro vídeo, que de una manera más sencilla y en lenguaje llano, nos explica los verdaderos motivos que han impulsado a la comunidad científica a desarrollar este invento, y cuáles son sus verdaderos riesgos, si es que el experimento sale mal.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Fusil contra fusil

El otro día tuve suerte y pude ver una buena película. En estos tiempos que corren, con el dineral que cuesta una entrada, ir al cine es casi más arriesgado que jugar a la lotería. Tienes que tragarte varios bodrios, antes de encontrar una película que valga la pena. En este caso se trataba de Che, el argentino, y ya estoy deseando ver la continuación, que lleva por título Guerrilla, y espero se estrene pronto. La interpretación de Benicio del Toro en el papel del Che me pareció magistral. Por eso la película parece casi más un documental que una recreación. Si no se lleva el oscar al mejor actor, entonces es que algo huele a podrido en la industria del cine.

Por ahora, la película tampoco ha suscitado mucha polémica, ni entre los defensores ni los detractores de este personaje, convertido en icono del siglo XX. En esta primera se narraban los años de Ernesto Che Guevara como líder de la revolución cubana. Supongo que la siguiente tratará del resto de su vida, hasta que fue abatido a tiros en la selva de Bolivia.

Más allá del mito, siempre me he sentido atraído por la figura del Che y lo considero uno de mis personajes históricos preferidos. Ya sé que sólo nombrarlo suscita recelos, incluso entre aquellos que un día fueron sus compañeros de armas, y que en su corta vida es cierto que existen episodios oscuros, difíciles de explicar. Pero ante todo me ha fascinado la claridad con las que defendía sus ideas y una profunda fuerza de voluntad, con la que supo imponerse la misma disciplina que le exigía a los demás, y superar las dificultades que le ocasionaban su delicada salud. Fue un tipo que antes de actuar, siempre tuvo un gran interés por aprender y conocer el mundo que le rodeaba, aunque luego se equivocase en sus conclusiones. Prueba de esto que digo fueron sus dos viajes por Sudamérica. Fue la personalización de la aventura, en un tiempo en que los grandes aventureros ya formaban parte del pasado.


Puede que últimamente me este volviendo más radical en mis planteamientos, y más revolucionario en mis deseos que cambiar la realidad cotidiana. Más de uno ya me lo ha comentado. Pero también cada vez me siento más desapegado hacia ciertos dogmas y posibles soluciones ideológicas a los problemas del mundo, y por eso sólo busco el ejemplo de otras personas que nos precedieron, y a quienes podemos admirar, comprender y criticar.

Os dejo con la siguiente canción que Silvio Rodríguez le dedicó al Che tras conocerse su trágica muerte, y que es la misma que aparece al final de la película, con los títulos de crédito.




El silencio del monte va
preparando un adiós.
La palabra que se dirá
in memoriam será
la explosión.

Se perdió el hombre de este siglo allí,
su nombre y su apellido son
Fusil contra fusil.

Se quebró la cáscara del viento al sur,
y sobre la primera cruz
despierta la verdad.

Todo el mundo tercero va
a enterrar su dolor.
Con granizo de plomo hará
su agujero de honor,
su canción.

Dejarán el cuerpo de la vida allí,
su nombre y su apellido son
Fusil contra fusil.

Cantarán su luto de hombre y de animal
y en vez de lágrimas echar
con plomo llorarán.

Alzarán al hombre de la tumba al sol
y el nombre se repartirán:
Fusil contra fusil.

Reseña del "Paseo epigráfico"

Casi por casualidad, mientras le echaba un vistazo a un foro portugués sobre arqueología, he encontrado esta reseña en la que se cita mi libro Paseo epigráfico por el casco antiguo de Cáceres (2007), firmada nada menos que por el profesor José d'Encarnação, de la Universidad de Coimbra, quien actualmente puede ser considerado como el mayor especialista sobre epigrafía romana de la Península Ibérica.


Notável o incremento dos estudos sobre a epigrafia romana de Cáceres.

Depois do livro de Ricardo Hurtado de San Antonio,
Corpus Provincial de Inscripciones Latinas (Cáceres), Cáceres, 1977, naturalmente desactualizado atendendo a que já passaram mais de 30 anos sobre a investigação realizada, temos, agora, de Julio Esteban Ortega, um projecto que visa dar a conhecer por completo o que se conhece dos monumentos epigráficos da província espanhola de Cáceres. Aí está o I volume, dedicado a Norba, intitulado Corpus de Inscripciones Latinas de Cáceres, numa edição da Universidad de Extremadura (Cáceres, 2007). Os monumentos são apresentados por localidades de achamento (referidas por ordem alfabética). Ao todo, 398, sendo fornecidas de cada um as informações habituais: local e circunstâncias do achado, dimensões, leitura, comentário e bibliografia, assim como uma pequena fotografia (porque, no final, se apresenta o álbum fotográfico exaustivo, em ponto maior). Os índices epigráficos são, como sempre, preciosos, pois, além do rol dos nomina e dos cognonima registados, se apresenta um índice analítico e, de seguida, úteis tábuas de correspondência com os demais corpora, bibliografia citada e abreviaturas utilizadas.

Para além deste volume, refira-se que os responsáveis pelo Museu de Cáceres, com o incondicional apoio da Junta de Extremadura, decidiram dedicar à epigrafia duas das suas publicações:

- Na série «documentos», António Rodríguez González acompanha-nos num
Paseo Epigráfico por el Casco Antiguo de Cáceres (é o volume nº 3 da série, datado de 2007), a dar conta das 16 inscrições romanas que, ao longo dos séculos, foram sendo preservadas pelos habitantes, porque as inseriram nas paredes e nos lugares públicos cacerenhos. De cada uma há a ficha habitual, uma boa fotografia, o desenho, assim como a bibliografia respectiva.

- Na série «Memórias», também com o nº 3, Julio Esteban Ortega e José Salas Martín prepararam
Epigrafía Romana y Cristiana del Museo de Cáceres: 125 epígrafes, acompanhadas dos elementos essenciais para o seu estudo e contextualização histórica. Índices, tábuas de correspondência e fotografias completam o volume. Na capa, a belíssima e notável placa funerária de Q. Pomponius Potentinus, da tribo Sérgia, mandada lavrar por testamento de G. Pomponius Potentinus, soldado da IV coorte pretoriana (cf. HEp 13, 2003-2004, nº 216), um dos raros pretorianos documentados na epigrafia peninsular.

José d'Encarnação

jueves, 11 de septiembre de 2008

11 de septiembre

Han pasado ya siete años, pero parece que fue ayer. Si preguntas a cualquier persona, recordará con nitidez y podría contar con detalle dónde se encontraba o qué estaba haciendo aquel día, cuando vio por televisión estrellarse unos aviones contra las torres gemelas de Nueva York. El que escribe estas líneas, con más motivo. Aquella mañana era la primera vez que iba al instituto, en compañía de uno de los hijos de mi familia de adopción. Esto sucedió un martes, pues el sábado acaba de llegar al aeropuerto de Washington, para pasar un mes con una beca de estudios aprendiendo inglés, o por lo menos intentándolo. Me llevaron en autobús hasta el condado de Lancaster, en Pensilvania, donde me estaba esperando la familia que me acogería en su casa durante este tiempo. Cuando sucedieron los atentados, llevaba tres días en los Estados Unidos, y apenas me había dado tiempo de ver ni conocer nada.

Recuerdo que a primera hora de la mañana, cuando llegue al instituto, o al highschool, como lo llaman por allí, había examen de Música. Como aquello no iba conmigo, me puse a hacer otra cosa. Me había llevado en la mochila una antología poética y me dio por ponerme a leer a Machado. Cuando iba por aquello de Veréis llanuras bélicas y páramos de asceta / --no fue por estos campos el bíblico jardín--…, sonó el timbre que señalaba el final de la clase. Al cabo de un rato entró el profesor de Matemáticas, con un vaso de café en una mano y un transistor en la otra. Esto me llamó la atención, y me pregunté que si sería habitual que aquel tipo pasase de dar clase para terminar de desayunar y escuchar la radio. Como mi inglés tampoco era muy fluido, al principió no presté mucha atención a lo que decía el informativo. Como todo el mundo escuchaba las noticias, yo volví a lo mío y seguí leyenado: … son tierras para el águila, un trozo de planeta / por donde cruza errante la sombra de Caín.

Pasaron unos cinco minutos, y entonces advertí la cara de preocupación en todos mis compañeros de clase, que seguían absortos escuchando la radio. Hice un esfuerzo por entender auqello y me pareció que lo que estaban retransmitiendo no era nada bueno. Arranqué un trozo de papel de un cuaderno y le pedí a Tony, el hijo de la familia que me acogía, que me explicara qué estaba sucediendo. Como todos estaban en silencio y me hablaba cuchicheando, no me enteraba muy bien de lo que me quería decir; o acaso sí le entendí, pero no llegué a creérmelo, así que pensé que era yo el que no había captado correctamente la información. Cogió el papel y dibujó como dos rectángulos alargados, y un avión estrellándose contra uno de ellos. Al lado anotó: world trade center, NY y hyjackers (sic)… Entonces lo comprendí todo.


Cuando volvió a sonar el timbre, todo el colegio se reunió en los pasillos, y ya pude preguntar por los detalles de lo que estaba sucediendo. La gente andaba alterada, aunque no lo suficiente, porque nadie había visto todavía las imágenes en televisión. Algunos salimos a la puerta y miramos al cielo, pues acabábamos de escuchar que un tercer avión se había estrellado contra el Pentágono y otro sobrevolaba Pensilvania con los secuestradores a bordo. Pero el cielo estaba azul y limpio, demasiado tranquilo para presagiar que aquello fuera el fin del mundo.

Después de reunirnos en el comedor y rezar todos juntos, nos dejaron marcharnos a casa. La nuestra estaba apenas a doscientos metros del colegio, sólo había que cruzar un maizal para llegar andando. Cuando abrimos la puerta, nos encontramos a todo la familia viendo la televisión. También estaban los vecinos, que eran de la secta de los amish y, como sabéis, en casa no tienen ni radio, ni televisor ni ningún otro electrodoméstico; por eso habían venido enseguida, en cuanto se enteraron de lo que estaba sucediendo. Nada más llegar, fue el momento en que se derrumbó el primer rascacielos.

Aquella noche no dormí, aunque quienes seguramente pasaron peor noche fueron mis padres, ya que en aquellas circunstancias era casi imposible llamar por teléfono y el internet estuvo funcionando muy mal durante toda la tarde. Mis padres pensaban, según la información del programa de actividades que les habían facilitado cuando partí de España, que aquel día tenía que estar de visita en Nueva York. Finalmente no fue así, porque al llegar a América, hubo cambio de planes y se pospuso la excursión para el miércoles. Después tampoco llegué a visitar Manhattan, pero a veces se me ha pasado por la cabeza que quizá yo podría haber estado allí.

Todo me parecía un sueño, nunca pensé que me iba a tocar vivir de cerca un hecho histórico de tal magnitud, que cambiaría el rumbo de este siglo XXI que acababa de empezar; a mí, que apenas unas semanas después iba a empezar la carrera de Historia, y estaba viviendo la Historia en primera persona. Por motivos obvios, no pudimos ir a visitar Nueva York, como estaba planeado, pero sí estuve en Washignton D.C. y pude ver el enorme agujero que dejó el avión que se estrelló contra el Pentágono.


No podemos negar que aquel día marcó la vida de cada una de las personas que viven sobre este planeta, así como de las generaciones que aún están por venir. Cuando regresé a casa, mi abuelo, que de adolescente le tocó vivir la guerra civil, y había conocido una guerra mundial y otros avatares y desastres a lo largo de sus años, me dijo que nunca había pasado tanto miedo como aquel 11 de septiembre. Los atentados contra las torres gemelas, más allá de las víctimas y los daños que ocasionaron, fueron el anuncio de que a partir de entonces el mundo no iba a ser el mismo… y, en efecto, así fue. Me queda el consuelo de poder contarles a mis hijos y mis nietos que yo estuve allí.

Mi amigo Felipe y el que escribe este blog, a nuestra llegada a Cáceres. Fuimos objeto de atención por parte de todos los medios de comunicación locales.


miércoles, 10 de septiembre de 2008

Cómo construir una bomba atómica

Si tienes tiempo y unas ganas insufribles de dominar el mundo, quizá te interese echarle un vistazo a este manual de instrucciones para montar tu propia bomba atómica. Sólo necesitas un poco de paciencia y encontrar quien te proporcione uranio enriquecido.


P.S.: Después de esto, seguro que me localizan los servicios de secretos de algún país y me cierran el blog.

Al bando vencido

Con todo este asunto de que Garzón quiere investigar los crímenes de la guerra civil y demás, me ha venido a la memoria (¿histórica?) la siguiente canción de Ismael Serrano. Esta versión es la que se recoge en su segundo disco La memoria de los peces, de hace nada menos que diez años… joder, que rápido pasa el tiempo. Atentos sobre todo al acompañamiento con el órgano, que en más de una ocasión consigue poner los pelos de punta.




Se van llevando la memoria,
queda en la historia una mancha, un borrón.
Mientras el resto sufre amnesia,
un viejo recuerda una canción,

de aquella lejana batalla
donde pudo morir,
en una guerra no ganada,
a veces me pregunta por ti.

Se cree aún en la trinchera,
otra bandera, de otro color,
solemne en su viento ondea,
sobre la cima y en su salón.

A veces habla con fantasmas
de cuyo nombre se olvidó.
Vencidos, nunca regresaron
de su exilio interior.

Ni un momento, ni un recuerdo,
para los que perdieron, los que construyeron
la tumba, el mausoleo,
de la miseria, del carnicero.

¿Cómo esperas ganar sin ellos
las batallas que anteriormente perdieron?
Si han de callar, que callen aquellos,
los que firmaron pactos de silencio.

Tratan de convencerle, abuelo,
las explosiones han terminado.
Pero cuando sale a la calle,
Madrid parece bombardeado.

Y lee escritos en los muros,
gritos contra los que luchó,
y personajes de rostro oscuro
que le inculcaron el terror.

Y un día, sin darnos cuenta,
el viejo, con sus historias, se consumió
Y en la memoria de su nieto
sólo una huella, un leve borrón,

de aquella lejana batalla,
donde pudo morir,
en una guerra no ganada
donde luchó por ti.

Donde luchó por ti.

martes, 9 de septiembre de 2008

Jesús Calleja

Ayer fue un día de fiestas en los barrios. Al mediodía me acerqué por el Puente San Francisco y me obsequiaron con una deliciosa plato de cocido, y por la tarde en depende que bares de la barriada de Moctezuma podían invitarte a tomar una cerveza y una ración, porque por allí también andaban de celebraciones. A pesar de la crisis económica, hay días en que puedes salir a la calle sin necesidad de gastarte un duro. Todo es cuestión de enterarse cuándo se celebran verbenas y todo tipo de fiestas populares, donde la comida y la bebida corren a cargo del ayuntamiento. Panem et circenses que decían los romanos, pero yo, mientras tanto, con el apetito saciado.

Por la noche, llegué a casa y no me apetecía sino tumbarme en el sofá a hacer la digestión. En la Cuatro echaban la excursión de nuestro presidente del gobierno con el escalador Jesús Calleja por los Picos de Europa, así que lo estuve viendo un rato. Antes había escuchado como algunos opinaban que la intención de este programa de televisión no era otra que limpiar la imagen de Zapatero, que con esto de la crisis había perdido gran parte de la popularidad ganada con su buen talante. No creo que esto sea así, pues como dije hace unos días, la situación económica es tan mala, que al personal que anda preocupado por llegar a fin de mes o cómo pagar la hipoteca, le va a importar más bien poco si el presidente se va a la montaña o al Polo Norte.

Pero tampoco quería hablar de ZP, sino del otro protagonista del documental. A Jesús Calleja le conocí hace un porrón de años, tendría yo nueve o diez. Entonces tenía una peluquería en León y sobre todo le gustaban las motos. Creo que con él fue la primera vez que me monté en una. Como era amigo de mi tío, siempre iba al pueblo cuando se organizaba alguna competición de motocross, generalmente coincidiendo con las fiestas de San Facundo. Conducía y corría como un loco, por eso en más de una ocasión se pegó una chica ostia. Puede que por esto fuese dejando de lado el mundo del motor, y se dedicase luego a la escalada y el senderismo, un deporte mucho más sosegado y con un riesgo más limitado… o no.

Su programa es de lo mejor que actualmente se puede ver por la televisión. No me refiero a la escapada con el presidente, sino al resto de sus expediciones, bien cuando recorre las heladas cumbres del Himalaya o atraviesa de cabo a rabo el Ártico. Por lo menos a mí me gusta. Será porque desde niño he anhelado conocer otros países y culturas, y siempre quise vivir aventuras parecidas a las que leía en las novelas de Julio Verne o en los cómics de Tintín. A veces pienso que estos sueños de mi infancia me quedan muy lejos, y acaso me conformo con ver de vez en cuando un documental o seguir leyendo, pero tampoco pierdo la esperanza y espero todavía el día en que pueda cumplir al menos una parte de ellos.

Mientras sigo soñando, os dejo con uno de los momentos más memorables del programa de Jesús Calleja. Ya sabéis, los lunes a las 22:30 h. en la Cuatro, Desafío extremo.

La tortilla de patatas, invento extremeño

Pues sí, más allá de los discursos institucionales en el Día de Extremadura y de cualquier razón que podamos ofrecer como respuesta a aquellos que nos quieren mal y se mueren de envidia, los extremeños tenemos un motivo más para sentirnos orgullosos. No lo digo yo, sino un prestigioso investigador del CSIC --qué lejos quedan ya los meses que pasé como becario en tan magna institución--, que tras una sesuda labor de varios años estudiando documentos y visitando archivos, afirma que la tortilla de patatas se inventó en Villanueva de la Serena.

Quienes me conocen, saben que la gastronomía me pierde. Además, pienso que debo sentirme dichoso por haber nacido en esta región, donde vayas al sitio que vayas, siempre te van a dar bien de comer. No quisiera enumerar, porque se me hace la boca agua: migas para desayunar, gazpacho y frite para comer, bocadillo de jamón para merendar…, y no hablemos ya de los vinos o los postres, de los quesos... Sin desmerecer los callos madrileños ni la butifarra catalana, siempre preferiré mi dieta mediterránea con sabor a dehesa. Sobre todo ahora, cuando resulta que el plato más internacional de la cocina española --del estado español, como dirían algunos--también tiene origen extremeño. ¿Esto no cuenta para las balanzas fiscales? Pincha aquí y aquí, para leer más sobre esta interesante y nutritiva noticia.

sábado, 6 de septiembre de 2008

El Nano

Era un rumor que alguien ya me había comentado, pero que a diferencia de otros resulta ser cierto, o por lo menos eso es lo que asegura un conocido columnista en las páginas del periódico HOY. Según dicen, la cantante del grupo Amaral --que esta noche actúa aquí en Cáceres-- no será hija de la conocida periodista Karmele Marchante, como también se comentaba, pero sí sobrina del Nano, uno de los personajes más peculiares y queridos que ha tenido esta ciudad.

Yo debía ser bastante pequeño, porque no le recuerdo, pero cualquier persona de más edad podría contar muchas más cosas sobre Mariano Amaral Pérez, más conocido como el Nano. Se trataba de un individuo muy particular, que supo ganarse el aprecio y el cariño de todos los que le conocían. Solía recorrer las calles de la ciudad con una cruz de madera a cuestas, repleta de flores y estampitas colgadas, y como si se tratase de una improvisaba procesión, iba cantando toda clase de canciones de misa, salves y jaculatorias, que si uno se fijaba bien en la letra, podía comprobar que eran inventadas.

Actualmente, el Nano vive feliz y sin complicaciones en una residencia de la ciudad. Muchos son los cacereños que le recuerdan con ternura, e incluso hay quien piensa que nada volvería a ser lo mismo desde que el Nano dejó de procesionar por las calles de Cáceres. Poco a pocos nos hemos ido quedando sin otros tantos personajes entrañables, que animaban la rutina de esta villa. Quizá por eso hoy le echemos especialmente de menos. Habría sido divertido ver cruzarse al Nano en procesión con aquellos que últimamente, y de manera legítima, andan pidiendo la retirada de cualquier símbolo religioso en la ciudad. ¿Qué les habría dicho el Nano? ¿También habrían pedido firmas para su secularización?

(Foto Archivo J. R. Marchena)

viernes, 5 de septiembre de 2008

El monstruo de las 2016 cabezas


Otra cosa que quería comentar, antes de que se vaya definitivamente el verano. En Cáceres, algunas de las habitualmente aburridas y calurosas noches del estío estuvieron amenizadas por el grupo teatral LaBoTiKa, que ha representado en varias salas y terrazas de la ciudad su montaje cabaretero titulado El monstruo de las 2016 cabezas. Con ello se pretendía parodiar este proyecto de la capitalidad cultural, que no sabemos por dónde nos va a salir ni cuánto nos va costar.

En todos estos meses no he querido mencionar nada al respecto, aunque hay algunas cosas que me cuesta callarme; pero prefiero, por ahora, no buscarme enemigos, y seguiré con la boca cerrada, que como me dice mi madre «estoy más guapo». Desde esta página, apoyo el proyecto con la misma ilusión que todavía comparten otros muchos paisanos. Ahí está el banner, que no quitaré hasta el día en que se decida quién va a ser la Capital Europea de la Cultura en el 2016. Sólo entonces, si hubiera culpables de algo, llegará el momento de señalar y pedir responsabilidades. Mientras tanto es mejor que todos arrimemos el hombro y demos lo mejor de nosotros para que el proyecto salga adelante.

Como digo, por ahora me reservo hacer cualquier comentario crítico, y tan sólo me remito a la genial interpretación de los chicos de LaBoTiKa, que desgraciadamente no pude ver en directo, pero de la que nos podemos hacer una idea gracias a estos videos. Me quedo sobre todo con el primero, con la histriónica imitación de la alcaldesa a lo Gloria Gaynor. Si me llego a encontrar la escena por la calle cuando la estaban grabando, me hubiera caído al suelo de la risa.







Apuntes sobre la crisis económica

Lo malo que tienen los medios de comunicación tradicionales (prensa, televisión) es que te hablan de todo y no te enteras de nada. Lo bueno de Internet es que si estas interesado en cualquier tema, puedes encontrar la información que necesitas para comprenderlo mucho mejor. También corres el riesgo de perderte, en un mar de páginas dedicadas todas a lo mismo, o encontrar datos erróneos, que te confundan aún más. Por eso, también es bueno contrastar.

Respecto a la crisis económica, todo quisqui habla de ella como si fuera diplomado por la Universidad de Harvard, y continuamente escuchamos cosas acerca del Euribor, del IPC, del PIB, de las hipotecas subprime, del FED, FMI, etc. y creemos que nos hemos enterado de algo, pero a la hora de la verdad, nada de nada. Por eso, al que le interese aprender, le recomiendo que le eche un vistazo al blog de Leopoldo Abadía, un profesor de economía jubilado que ha tenido la deferencia de escribir un informe, que día a día sigue actualizando, en el que nos explica de manera sencilla, pero con pelos y señales, las causas, elementos y posibles consecuencias de esta crisis que nos azota. Él la ha bautizado como la «crisis ninja», porque parece ser que todo este desbarajuste comenzó hace unos años en los EE UU, cuando los bancos comenzaron a conceder préstamos e hipotecas a personas sin ingresos fijos, sin un trabajo estable y sin propiedades que avalasen esos créditos (NINJA = No Income + No Job + no Assets).

Al final todo se resume en lo de siempre: a unos les toca pagar el pato, es decir, a quienes nos dicen que ahora nos tenemos que apretar el cinturón; mientras que otros, los que han provocado esta situación, no sólo se van de rositas, sino que además se siguen beneficiando; porque ya se sabe que la economía es como un juego, pero en el que unos nunca pierden.

Problemas donde no los hay


Como en este país todo el mundo opina (aunque no se le pregunte), yo no iba a ser menos; y porque pienso que en cierto modo me concierne, pues he leído bastante sobre el tema, paso mi tiempo investigando por aquí y por allá, y también de vez en cuando escribo alguna cosa; quería referirme a la polémica suscitada tras la decisión del juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, de investigar los crímenes de la guerra civil y el franquismo. Como casi siempre me pierdo divagando, voy a ordenar mis opiniones al respecto en varios puntos:

• Tengo no ya la impresión, sino la certeza --como cualquier otro-- de que cuando se remueve la mierda, ésta huele. Pero también es cierto que para que las plantas crezcan hay que abonarlas, y el abono --como también todo el mundo sabe-- no es más que mierda. La guerra civil española fue una mierda, y además de las grandes. Si queremos que nuestra sociedad crezca y madure, tendremos que asumir, tragar y digerir aquello que sucedió, por mucho o poco tiempo que haya transcurrido; porque si no se corre el riesgo tantas veces repetido de «tropezar con la misma piedra» (o mierda). Perdonadme el ejemplo escatológico, pero no es mío: se lo suelo escuchar a alguien muy cercano, y razón no le falta.

• Aquellos que continuamente defienden la independencia del poder judicial, se deberían callar la boca, porque ésta ha sido la iniciativa, acertada o no, de un juez. Que yo sepa, no ha habido fiscales de por medio. Si creemos en la justicia y el sistema judicial --yo, personalmente, no; pero otros dicen que sí--, habrá que aceptar lo que un juez diga, por coherencia, sin rechistar. Y si después de la sentencia no quedas contento, siempre está la posibilidad de recurrir…

• Si todo esto es una operación orquestada para desviar la atención del problema principal y actual, que es la crisis económica, no creo que dé resultado. La crisis es muy gorda, y a la mayoría de la gente le preocupa cómo llegar a fin de mes y poco más. Estos asuntos de la guerra civil y la represión les interesan sobre todo a quienes la sufrieron en sus propias carnes --que, por razones biológicas, cada vez son menos--, algunos familiares y a los que por oficio nos dedicamos a desentrañar el pasado.

• El juez Garzón durante los últimos años, entre sus múltiples ocupaciones, se ha dedicado a investigar causas de genocidio y crímenes cometidos contra la humanidad en otros países, caso de Chile, Argentina… No está de más que se juzgara uno de los mayores genocidios de Europa en el siglo XX --exceptuando el perpetrado por los nazis--, que tuvo lugar a partir de 1936 en este país que llamamos España.

• Es cierto que después de transcurridos más de setenta años, va a ser difícil encontrar a alguien a quien juzgar y pedir responsabilidades. Aunque todavía queda alguno. Por el Paseo de Cánovas, en más de una ocasión, me he cruzado con un venerable ancianito que durante la guerra no le tembló el pulso para descerrajar un tiro en la sien a casi un centenar de inocentes y después arrojar sus cadáveres desde el puente de Alconétar. También es seguro que a este señor y a algún otro no va a ir nadie a molestarlos a su casa, porque por respeto ni siquiera los historiadores han mencionado sus nombres. A mí nadie me dijo quién era ese tipo, lo averigüé por mis propios medios. Ahora, por todos los rincones del mundo se continúan buscando criminales de guerra nazis, y a nadie le parece mal que pasen sus últimos días en la cárcel, pagando por los delitos que un día cometieron. Ya se sabe que las causas de genocidio no prescriben.

• A los que sacaron provecho político antes, durante y después de la aprobación de la Ley de la Memoria Histórica, ya fueran de un bando o de otro, se les ha acabado el chollo. Siempre pensé que esta ley estaba vacía de contenido, pero después de esta iniciativa judicial cobra sentido. Ahora bien, esto va a ser labor de jueces e historiadores: los políticos ya se pueden ir despidiendo de emplear la guerra civil como argumento de demagogia barata en sus discursos, ni para azuzar el rencor por el contrario. Lo de las dos Españas es un cuento que a estas alturas no se cree nadie. Como en mi caso, los nietos de los que lucharon en una parte tienen novias a cuyos abuelos les tocó hacer la guerra al otro lado de la trinchera, y viceversa. Los que piensan que van a encontrar oídos que les presten atención, cuando reivindican regímenes y formas de gobierno que tuvieron su oportunidad y fracasaron hace décadas, y aún creen que sería posible implantarlos en el presente, van de culo y no saben en qué época viven.

• Respecto a las fosas comunes: no creo que a nadie le agrade la idea de que los restos de un familiar suyo estuvieran todavía hoy esparcidos en una cuneta, en lugar de enterrados en el cementerio, que es ese lugar donde por convicción cultural y por higiene se suele dar sepultura a las personas que fallecen.


• Tampoco me haría mucha gracia que mi abuelo, si fuese el caso y aunque ya hubiera muerto, figurara en los archivos policiales o judiciales como «traidor» o «rojo rabioso». No pediría la eliminación de ese documento ni una compensación económica, pero por lo menos una reparación moral por parte del Estado.

• Para terminar. El juez Garzón ha solicitado a varias instituciones, principalmente a los ayuntamientos, que le remitan listas con los nombres de los asesinados y represaliados durante la guerra y la dictadura. Todo el que haya trabajado en archivos o haya realizado una investigación de este tipo, sabe que lleva su tiempo y además cuesta dinero. Por eso, creo que se trata de la mejor oportunidad para acometer una reforma en profundidad de los archivos públicos españoles, incluidos los militares. Y para ello necesitarán contratar personal… Cierto, lo digo por mi interés egoísta: el paro nos afecta a todos. Pero es una vergüenza que cualquier ayuntamiento tenga a veinte personas en una oficina de turismo, y sólo un tipo a media jornada en el archivo municipal.

Con esto queda resumido todo lo que pienso sobre la polémica, aunque como digo, tampoco encuentro motivos para llamarla así. Vivimos en el siglo XXI, y miramos al pasado para aprender cómo encaminar el futuro. De hacer justicia se encargan los jueces, no los historiadores, y ni mucho menos los políticos. Por eso, no entiendo el afán de algunos de buscar problemas donde no los hay.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Girls just want to have fun

Como ya he dicho en más de una ocasión, todas las comparaciones son odiosas, pero los que nos dedicamos a este oficio de la Historia no tenemos más remedio que recurrir a ellas, pues son el único medio a nuestro alcance para comprobar y analizar los cambios que se han sucedido desde el pasado hasta el presente. Sin embargo, echando la vista atrás, nos damos cuenta de que, aunque ya no se lleven aquellos horribles cortes de pelo, seguimos siendo los mismos.

Esto que digo se puede comprobar en los dos videos siguientes. Pero dejando de lado cuestiones existenciales, me quedo sobre todo con la magnífica versión de Russian Red de este clásico de los ochenta. ¿Quién dijo que este tipo de música no se pueda convertir en una canción hermosa y melancólica a la vez?

Por cierto, Russian Red estará en Cáceres el 27 de este mes, para recoger el premio al Mejor Álbum de Debut, que se le concederá en el transcurso del festival Cáceres Pop Art. Esperemos que nos regale alguna canción, si no tendremos que esperar para ir a verla actuar en Salamanca (el 17 de octubre).






I come home in the morning light
My mother says when you gonna live your life right
Oh mother dear we're not the fortunate ones
And girls they want to have fun
Oh girls just want to have fun

The phone rings in the middle of the night
My father yells what you gonna do with your life
Oh daddy dear you know you're still number one
But girls they want to have fun
Oh girls just want to have

That's all they really want
Some fun
When the working day is done
Girls - they want to have fun
Oh girls just want to have fun

Some boys take a beautiful girl
And hide her away from the rest of the world
I want to be the one to walk in the sun
Oh girls they want to have fun
Oh girls just want to have

That's all they really want
Some fun
When the working day is done
Girls - they want to have fun
Oh girls just want to have fun,
They want to have fun,
They want to have fun...

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Manifiesto por la Lengua Común

Manifiesto por la Lengua Común

Entre los banners que tengo colocados en este blog, que sirven para reivindicar algo o pedir apoyo para alguna causa, he añadido uno nuevo, solicitando la adhesión de quien lo desee al Manifiesto de la Lengua Común. No hace falta que explique de qué se trata esta iniciativa, ni quiénes la promueven o qué polémica se ha suscitado en ciertos ambientes por culpa del dichoso documento. Yo lo he firmado. El que quiera que lo lea, y si está de acuerdo, puede hacer lo mismo. Por mi parte, tampoco voy a explicar mis razones, porque creo que en líneas generales coinciden con las de otro de los muchos suscriptores de este manifiesto: aunque a algunos ya sé que no os cae en gracia, me refiero a Arturo Pérez-Reverte, que ha dedicado dos columnas, este domingo y el anterior, a reflexionar sobre el asunto y a poner a caldo a sus detractores:

A ciertos amigos les ha extrañado que el arriba firmante, que presume de cazar solo, se adhiriese al Manifiesto de la Lengua Común. Y no me sorprende. Nunca antes firmé manifiesto alguno. Cuando leí éste por primera vez, ya publicado, ni siquiera me satisfizo cómo estaba escrito. Pero era el que había, y yo estaba de acuerdo en lo sustancial. Así que mandé mi firma. Otros lo hicieron, y ha sido instructivo comprobar cómo en la movida posterior algún ilustre se ha retractado de modo más bien rastrero. Ése no es mi caso: sostengo lo que firmé. No porque estime que el manifiesto consiga nada, claro. Lo hice porque lo creí mi obligación. Por fastidiar, más que nada. Y en eso sigo.

No es verdad que en España corra peligro la lengua castellana, conocida como español en todo el mundo. Al contrario. En el País Vasco, Galicia y Cataluña, la gente se relaciona con normalidad en dos idiomas. Basta con observar lo que los libreros de allí, nacionalistas o no, tienen en los escaparates. O viajar por los Estados Unidos con las orejas limpias. El español, lengua potente, se come el mundo sin pelar. Quien no lo domine, allá él. No sólo pierde una herramienta admirable, sino también cuanto ese idioma dejó en la memoria escrita de la Humanidad. Reducirlo todo a mero símbolo de imposición nacional sobre lenguas minoritarias es hacer excesivo honor al nacionalismo extremo español, tan analfabeto como el autonómico. Esta lengua es universal, enorme, generosa, compartida por razas diversas mucho más allá de las catetas reducciones chauvinistas.

La cuestión es otra. Firmé porque estoy harto de cagaditas de rata en el arroz. Detesto cualquier nacionalismo radical: lo mismo el de arriba España que el de viva mi pueblo y su patrona. Durante toda mi vida he viajado y leído libros. También vi llenarse muchas fosas comunes a causa del fanatismo, la incultura y la ruindad. En mis novelas históricas intento siempre, con humor o amargura, devolver las cosas a su sitio y centrarme donde debo: en el torpe, cruel y desconcertado ser humano. Pero hay un nacionalismo en el que milito sin complejos: el de la lengua que comparto, no sólo con los españoles, sino con 450 millones de personas capaces, si se lo proponen, de leer el Quijote en su escritura original. Amo esa lengua-nación con pasión extrema. Cuando me hicieron académico de la RAE acepté batirme por ella cuando fuera necesario. Y eso hago ahora. Que se mueran los feos.

Quien afirme que el bilingüismo es normal en las autonomías españolas con lengua propia, miente por la gola. La calle es bilingüe, por supuesto. Ahí no hay problemas de convivencia, porque la gente no es imbécil ni malvada, ni tiene la poca vergüenza de nuestra clase política. La Administración, la Sanidad, la Educación, son otra cosa. En algunos lugares no se puede escolarizar a los niños también en lengua española. Ojo. No digo escolarizar sólo en lengua española, sino en un sistema equilibrado. Bilingüe. Ocurre, además, que todo ciudadano español necesita allí el idioma local para ejercer ciertos derechos sin exponerse a una multa, una desatención o un insulto. Métanse en una página de Internet de la Generalidad sin saber catalán, por ejemplo. De cumplirse el propósito nacionalista, quien dentro de un par de generaciones pretenda moverse en instancias oficiales por todo el territorio español, deberá apañárselas en cuatro idiomas como mínimo. Eso es un disparate. Según la Constitución, que está por encima de estatutos y de pasteleos, cualquier español tiene derecho a usar la lengua que desee, pero sólo está obligado a conocer una: el castellano. Lengua común por una razón práctica: en España la hablamos todos. Las otras, no. Son respetabilísimas, pero no comunes. Serán sólo locales, autonómicas o como queramos llamarlas, mientras los países o naciones que las hablan no consigan su independencia. Cuando eso ocurra, cualquier español tendrá la obligación, la necesidad y el gusto, supongo, de conocerlas si viaja o se instala allí. En el extranjero. Pero todavía no es el caso.

Y aquí me tienen. Desestabilizando la cohesión social. Fanático de la lengua del Imperio, ya saben. Tufillo franquista: esa palabra clave, vademécum de los golfos y los imbéciles. La puta España del amigo Rubianes. Etcétera. Así que hoy, con su permiso, yo también me cisco en las patrias grandes y en las chicas, en las lenguas --incluida la mía-- y en las banderas, sean las que sean, cuando se usan como camuflaje de la poca vergüenza. Porque no es la lengua, naturalmente. Ése es el pretexto. De lo que se trata es de adoctrinar a las nuevas generaciones en la mezquindad de la parcelita. Léanse los libros de texto, maldita sea. Algunos incluso están en español. Lo que más revienta son dos cosas: que nos tomen por tontos, y la peña de golfos que, por simple toma y daca, les sigue la corriente. Pero de ellos hablaremos la semana que viene.

El artículo del domingo siguiente, continúa así:

La semana pasada se acabó la página cuando les comentaba cómo ni el Gobierno central ni algunos gobiernos autonómicos garantizan el libre uso del castellano, o español, en la Administración, Sanidad o Educación de toda España. Franquismo al revés: antes era el español forzoso para todo, y ahora es la lengua local la obligatoria. Cuando los nacionalistas buscaban parcelita, la palabra bilingüismo era mágica: daban el alma por rotular también en catalán, gallego o vascuence. Ahora proclaman sin disimulo el ideal de una nación monolingüe, aunque no encaje en la realidad de la calle. Pese a que su mala fe es evidente, aún hay palmeros y cómplices afirmando que eso es progresista; y denunciarlo, resabio imperial. Y mientras tanto imbécil --en el más honrado de los casos-- mira al tendido o lleva el botijo, cuatro golfos oportunistas han convertido las respectivas lenguas, valiosas herramientas culturales y de comunicación, en filtro sectario para excluir a los no afines y promocionar en el trabajo y la sociedad a su clientela exclusiva. Marginando la excelencia profesional a favor de la lingüística, como si contara más el idioma que la habilidad de quien opera con un bisturí. Tal es el sentido de la sobada cohesión social: hablar sólo una lengua propia como si la común, el español, no lo fuese. Empeño legítimo, por cierto, para un catalán, un vasco o un gallego nacionalistas; pero injusto para quien no lo es. En una España llena de naturales e inmigrantes que van de una autonomía a otra buscando trabajo, es un disparate negarles el único idioma que permite comunicarse en todo el territorio nacional --y también fuera de él-- con soltura y libertad.

En esta canallada política nadie tiene la exclusiva. Los graves cantamañanas del Pepé, reunidos hace mes y pico en San Millán de la Cogolla para proclamar su apoyo a la lengua española, podían haberlo hecho con más eficacia y menos demagogia durante los ocho años que estuvieron en el poder. Entonces, la peña del amigo Ansar tragó de todo. Como tragará en el futuro, por mucho que ahora subscriba el manifiesto de la Lengua Común o el de la Lirio, la Lirio tiene, tiene una pena la Lirio. Así que, en mi opinión, Mariano Rajoy puede meterse la adhesión donde le quepa. Por culpa de tanto oportunista, al final siempre terminan vendiéndonos la lengua española como enfrentamiento entre derecha e izquierda; cuando, en realidad, los políticos de derechas tienen tanta desvergüenza como los de izquierdas. Es cosa del puerco y común oficio.

En cuanto a los que se llenan la boca de República o Guerra Civil, cuya realidad tanto manipulan, hay que recordarles que la mayor parte de quienes lucharon por esa República no lo hicieron para darles un cortijo con lengua propia a cuatro mangantes, sino para que una España de ciudadanos fuese más culta, libre y solidaria. Uno comprende que la derecha, con su desvergüenza innata, vaya y venga envuelta en toda clase de farfollas trompeteras. A fin de cuentas, su discurso es, a escala nacional, el que los nacionalistas mantienen a escala cutre. En cuanto a la izquierda, algunos llevamos treinta años preguntándonos qué pito toca en ese apoyo suicida al nacionalismo, que no fue de izquierdas nunca: situar ahí a Arzallus, Ibarretxe o Pujol es un desatino indecente. Como dijo Juan Marsé: «En la postguerra me putearon los padres y en la democracia sus hijos. Pero siempre me putearon los mismos».

Hay menos injusticia, afirmaba Montaigne, en que te roben en un bosque que en un lugar de asilo. Es más infame que te desvalijen quienes deben protegerte. Pensé en eso oyendo al presidente Zapatero referirse al Manifiesto de la Lengua Común, cuando expresó su esperanza de que la derecha «no se apropie del idioma español como hizo con la bandera». Todavía estoy dándole vueltas a si lo del presidente es candidez o cinismo. La derecha se apropió de la bandera española porque, desde la Transición, la izquierda se la regaló gratis, negándose a utilizarla hasta veintitantos años después: los mismos que ha tardado el Pesoe en pronunciar la palabra España. Y al final, entre unos y otros, han conseguido lo mismo que con la bandera. Lo que ya pasa en algunos colegios: que al niño que habla en español lo llamen facha.

Por eso me adherí al manifiesto. Confirma mi decisión el recular de los cobardes, el silencio de los corderos y el runrún de los tontos: los equidistantes que siempre acaban favoreciendo al verdugo. Me reafirma la furia de los caciques paletos y los escupitajos de mala fe de quienes tienen la osadía de llamar nostálgicos del franquismo, e incluso extrema derecha --lo han hecho consejerías de cultura autonómicas y miembros del Gobierno-- a firmantes como Miguel Delibes, Carlos Castilla del Pino, José Manuel Sánchez Ron, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Margarita Salas, o yo mismo. Luego algunos se extrañan de que me cisque en su puta madre.

Corrupción en Cáceres

A menos que podamos evitarlo, el verano toca a su fin. Uno lo puede comprobar nada más salir de casa: hay más gente por la calle, más tráfico (con lo bien que había estado todo el mes de agosto, recibiendo las prácticas de conducir a primera hora de la mañana); la administración vuelve a funcionar, tan mal como siempre, pero funciona… Y con el final del verano, llega el tiempo de nuevos proyectos, de hacer planes para el curso que empieza, y deshacer otros que teníamos previstos. Al respecto, si todo sale bien, ya os mantendré informados.

Pero antes de dar carpetazo y pasar a otra estación --para los optimistas, recordarles que oficialmente todavía quedan veinte días--, quería recuperar algunas cosas que me dejaba en el tintero, que bien por falta de tiempo no he podido comentar, o acaso tenía la intención de hacerlo, pero lo fui dejando, dejando… En fin, ya se sabe que nunca es tarde si la dicha es buena. Además, probablemente esto que traigo a la memoria va a dar bastante de que hablar en los próximos meses; ahora que también los políticos y politicuchos regresan de su descanso estival, y más de uno se va encontrar sobre la mesa con un regalo no deseado, por lo que seguramente volverán a recordar su destino de vacaciones y pensarán «con lo bien que estaba yo tumbado en la cubierta del yate».


En más de una ocasión me he mofado de los periódicos regionales, lo reconozco. Por lo general, como en esta ciudad tampoco sucede gran cosa, suelen resolver el problema de cómo rellenar espacio con noticias, entrevistas y artículos de opinión que no interesan a nadie. Por algo mi tío abuelo Pepe, que en paz descanse, solía leer sólo las esquelas. Pero como en todas partes, existen excepciones, y algunas incluso tan dignas que, junto a los suplementos y coleccionables, ayudan a reconducir el prestigio de estas publicaciones y moderar el ánimo de sus lectores. Y si uno de estos reportajes o noticias aparece en los meses de verano, el mérito es doble, pues durante la canícula casi todos los periodistas de verdad se toman sus merecidas vacaciones, y las redacciones se ven invadidas por legiones de becarios hambrientos, algunos de notoriedad y otros por la escasa paga.

En el caso que me ocupa, no deseo sino felicitar por el espléndido trabajo al periodista. Nunca lo hubiera imaginado, pero leyendo esta serie de artículos, que se publicaron entre los últimos días de julio y primeros agosto, he podido comprobar que en una ciudad como Cáceres, también se puede hacer periodismo de investigación… y además del bueno:

- «El saqueo verde de las arcas locales.»

- «GP Promoción de Suelo se creó un mes antes de empezar a comprar terreno verde.»

- «El Ayuntamiento encargó el laudo que dobló el valor del suelo en el Príncipe.»

Después de leerlo, uno puede pensar que se trata del guión de una película, pero lejos de frivolizar, el asunto es grave: nos andan tocando el bolsillo, y no está el horno para bollos. Ahora solo cabe esperar, como ha sucedido en otras ocasiones, que tras haber aportado la prensa suficientes pruebas, el peso de la ley caiga sobre TODOS aquellos que la hubiesen quebrantado.

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