sábado, 13 de septiembre de 2008

Fusil contra fusil

El otro día tuve suerte y pude ver una buena película. En estos tiempos que corren, con el dineral que cuesta una entrada, ir al cine es casi más arriesgado que jugar a la lotería. Tienes que tragarte varios bodrios, antes de encontrar una película que valga la pena. En este caso se trataba de Che, el argentino, y ya estoy deseando ver la continuación, que lleva por título Guerrilla, y espero se estrene pronto. La interpretación de Benicio del Toro en el papel del Che me pareció magistral. Por eso la película parece casi más un documental que una recreación. Si no se lleva el oscar al mejor actor, entonces es que algo huele a podrido en la industria del cine.

Por ahora, la película tampoco ha suscitado mucha polémica, ni entre los defensores ni los detractores de este personaje, convertido en icono del siglo XX. En esta primera se narraban los años de Ernesto Che Guevara como líder de la revolución cubana. Supongo que la siguiente tratará del resto de su vida, hasta que fue abatido a tiros en la selva de Bolivia.

Más allá del mito, siempre me he sentido atraído por la figura del Che y lo considero uno de mis personajes históricos preferidos. Ya sé que sólo nombrarlo suscita recelos, incluso entre aquellos que un día fueron sus compañeros de armas, y que en su corta vida es cierto que existen episodios oscuros, difíciles de explicar. Pero ante todo me ha fascinado la claridad con las que defendía sus ideas y una profunda fuerza de voluntad, con la que supo imponerse la misma disciplina que le exigía a los demás, y superar las dificultades que le ocasionaban su delicada salud. Fue un tipo que antes de actuar, siempre tuvo un gran interés por aprender y conocer el mundo que le rodeaba, aunque luego se equivocase en sus conclusiones. Prueba de esto que digo fueron sus dos viajes por Sudamérica. Fue la personalización de la aventura, en un tiempo en que los grandes aventureros ya formaban parte del pasado.


Puede que últimamente me este volviendo más radical en mis planteamientos, y más revolucionario en mis deseos que cambiar la realidad cotidiana. Más de uno ya me lo ha comentado. Pero también cada vez me siento más desapegado hacia ciertos dogmas y posibles soluciones ideológicas a los problemas del mundo, y por eso sólo busco el ejemplo de otras personas que nos precedieron, y a quienes podemos admirar, comprender y criticar.

Os dejo con la siguiente canción que Silvio Rodríguez le dedicó al Che tras conocerse su trágica muerte, y que es la misma que aparece al final de la película, con los títulos de crédito.




El silencio del monte va
preparando un adiós.
La palabra que se dirá
in memoriam será
la explosión.

Se perdió el hombre de este siglo allí,
su nombre y su apellido son
Fusil contra fusil.

Se quebró la cáscara del viento al sur,
y sobre la primera cruz
despierta la verdad.

Todo el mundo tercero va
a enterrar su dolor.
Con granizo de plomo hará
su agujero de honor,
su canción.

Dejarán el cuerpo de la vida allí,
su nombre y su apellido son
Fusil contra fusil.

Cantarán su luto de hombre y de animal
y en vez de lágrimas echar
con plomo llorarán.

Alzarán al hombre de la tumba al sol
y el nombre se repartirán:
Fusil contra fusil.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Pues mira, puestos a escoger, yo prefiero la Zamba que le dedica Victor Jara.

Salud.

niklaüss dijo...

Antonio, cómo estás?

El Che despierta opiniones encontradas hasta en la Argentina, su país. Uno puede estar de acuerdo o no con su ideología socialista, pero sí hay que reconocer que su deseo de desprender el yugo capitalista de los países tercermundistas (Cuba, Bolivia, Congo y tantos más) es 100% respetable.

Un saludo!

Antonio Norbano dijo...

Estoy de acuerdo contigo, Nicolás. Además, lo del socialismo, al igual que en la revolución cubana, fue algo que se fue asentando con el tiempo. Al principio, el Che simplemente era anticapitalista y revolucionario. Por cierto, es curioso que Juan Domingo Perón siempre tuvo muy buena opinión sobre su compatriota, y al enterarse de su muerte dijo: "Era uno de los nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda convicción en la justicia de la causa que abrazÓ, le dio la fuerza, el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categoría de héroe y mártir".

Saludos,

ANTONIO

Melanconoia dijo...

Quizás podamos escoger... Otras opiniones no tan beatíficas de ese individuo...
http://www.mscperu.org/Reparos/che_asesino.htm

Saludos, buen blog.

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