Por lo general no me gusta el cine español, salvo honrosas excepciones. Sin embargo, siento una especial debilidad por las películas de bajo presupuesto. En este caso se trata de la película española que menos dinero puede haber costado --sólo 6.000 €-- y en cambio consiguió una aceptación bastante digna, no tanto entre la crítica como por parte del público. La fórmula para cosechar tal milagro era sencilla: contar una historia cotidiana, sin demasiados miramientos ni preocuparse en tejer un elaborado guión ni una artificiosa interpretación. Y, como en la vida misma, el humor ya estaba asegurado.
Seguramente quien la vea no sea capaz de distinguirla de un episodio de cualquier serie de sobremesa para adolescentes, o quizá piense que se trate de un experimento posmoderno más de cine alternativo; sin embargo, he tratado de entenderla del mismo modo que los realistas del siglo XIX escribían sus novelas o pintaban sus cuadros, para conseguir una reproducción fiel y exacta de la realidad. En este caso el retrato es de la sociedad juvenil de principios del siglo XXI. No intenta reflejar a una minoría, sino los distintos perfiles que, por ejemplo, se reúnen en una fiesta de un piso de estudiantes; y, ni mucho menos, trata de establecer críticas ni juicios de valor. Ésta es la diferencia, a lo mejor, con otras películas de hace ya bastantes años, como Historias del Kronen, que no obstante aprovecho también para recomendarla.
Seguramente quien la vea no sea capaz de distinguirla de un episodio de cualquier serie de sobremesa para adolescentes, o quizá piense que se trate de un experimento posmoderno más de cine alternativo; sin embargo, he tratado de entenderla del mismo modo que los realistas del siglo XIX escribían sus novelas o pintaban sus cuadros, para conseguir una reproducción fiel y exacta de la realidad. En este caso el retrato es de la sociedad juvenil de principios del siglo XXI. No intenta reflejar a una minoría, sino los distintos perfiles que, por ejemplo, se reúnen en una fiesta de un piso de estudiantes; y, ni mucho menos, trata de establecer críticas ni juicios de valor. Ésta es la diferencia, a lo mejor, con otras películas de hace ya bastantes años, como Historias del Kronen, que no obstante aprovecho también para recomendarla.
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