Ayer leí en la prensa que el Ayuntamiento había publicado un libro titulado Las huellas de Sefarad en Cáceres, con el que se pretende difundir y potenciar el rico legado cultural que la comunidad judía dejó en nuestra ciudad durante los siglos que estuvo asentada en cada uno de los dos barrios que todavía hoy se conservan: ya sea el primitivo (el que aparece en las guías, aunque sigue sin atraer lo suficiente a los turistas) o la judería nueva (desconocida para la mayoría de los cacereños, aunque, tan cerca de la Plaza, que más de uno en alguna ocasión seguro que habrá aliviado sus necesidades en cualqiera de sus esquinas).
Espero en breve conseguir algún ejemplar, sobre todo para disfrutar de la buena pluma con que mi amigo Fernando Jiménez Berrocal --como siempre sabe hacer-- habrá plasmado la ardua investigación en la que ha estado inmerso estos últimos meses.
No quiero entrar en la polémica sobre las fotos que ilustran el libro, pues, como digo, éste aún no ha llegado a mis manos. Sólo quería llamar la atención acerca de la que ilustraba la noticia de ayer y que es la que aquí muestro. La puerta que aparece tras Al Pacino no tiene nada que ver con el pasado hebreo de Cáceres. Corresponde a lo único que queda en pie del cementerio musulmán, que se creó en la guerra civil para enterrar a los soldados moros que combatieron en el ejército de Franco.
Espero en breve conseguir algún ejemplar, sobre todo para disfrutar de la buena pluma con que mi amigo Fernando Jiménez Berrocal --como siempre sabe hacer-- habrá plasmado la ardua investigación en la que ha estado inmerso estos últimos meses.
No quiero entrar en la polémica sobre las fotos que ilustran el libro, pues, como digo, éste aún no ha llegado a mis manos. Sólo quería llamar la atención acerca de la que ilustraba la noticia de ayer y que es la que aquí muestro. La puerta que aparece tras Al Pacino no tiene nada que ver con el pasado hebreo de Cáceres. Corresponde a lo único que queda en pie del cementerio musulmán, que se creó en la guerra civil para enterrar a los soldados moros que combatieron en el ejército de Franco.
Precisamente el pasado Día de los Santos, me hicieron una entrevista para Televisión Española en este mismo lugar, donde tuve la ocasión de hablar al respecto. Para el que no lo sepa, este cementerio musulmán se encontraba en las traseras del municipal, justo en el lugar donde recientemente se ha construido el crematorio. Según pude averiguar, leyendo el libro de registro del cementerio, en él se enterraron un centenar de soldados magrebíes fallecidos durante la guerra civil. El que a ambos lados del arco de herradura de esta puerta aparezcan sendas estrellas de seis puntas, no tiene nada que ver con la fe hebraica ni con el pasado judío de nuestra ciudad.
La noticia y la fotografía aparecieron publicadas ayer, 6 de febrero, en el periódico Hoy: http://www.hoy.es/20080206/caceres/critica-libro-sobre-caceres-20080206.html
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