Ayer por la mañana el poeta argentino Juan Gelman recibió el Premio Cervantes. Ya me he referido en alguna ocasión a mi predilección por esta generación de escritores criados en torno al Río de la Plata (Benedetti, Girondo…). Quizá por eso me da la sensación de que con este galardón también han querido premiar un poco a todos aquellos que disfrutamos con su poesía.
En su discurso, Gelman ha defendido la vigencia de la poesía en «estos tiempos mezquinos» y «de penuria», como el último recurso que permanece «de pie contra la muerte». No negaré que soy el primero que lee poesía como cualquier otro ser humano, porque precisamente somos humanos y anhelamos la belleza, y qué mejor manera de satisfacer tal necesidad que leyendo poesía. Pero, en estos tiempos difíciles, muchos buscan en los versos alivio a su sufrimiento; mientras tanto, otros intentamos encontrar respuestas.
En su discurso, Gelman ha defendido la vigencia de la poesía en «estos tiempos mezquinos» y «de penuria», como el último recurso que permanece «de pie contra la muerte». No negaré que soy el primero que lee poesía como cualquier otro ser humano, porque precisamente somos humanos y anhelamos la belleza, y qué mejor manera de satisfacer tal necesidad que leyendo poesía. Pero, en estos tiempos difíciles, muchos buscan en los versos alivio a su sufrimiento; mientras tanto, otros intentamos encontrar respuestas.
Escribo en el olvido
en cada fuego de la noche
cada rostro de ti.
Hay una piedra entonces
donde te acuesto mía,
ninguno la conoce,
he fundado pueblos en tu dulzura,
he sufrido esas cosas,
eres fuera de mí,
me perteneces extranjera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario