jueves, 13 de marzo de 2008

Némesis

Esta va a ser la última entrada que le dedique a Roma, la serie de televisión. En uno de los capítulos, no recuerdo en cuál, Tito Pullo jura algo por la diosa Némesis. Copio literalmente lo que Pierre Grimal dice sobre ella:

Némesis (Νέμεσις) es a la vez una divinidad y una abstracción. Como divinidad se le atribuye un mito: amada por Zeus, Némesis, que es una de las hijas de Nix (la Noche), trata de rehuir los abrazos del dios. Para ello, adopta mil formas distintas y acaba metamorfoseándose en oca. Pero Zeus se transforma en cisne y se une a ella. Némesis puso un huevo, que unos pastores recogieron, dándolo a Leda. De este huevo nacieron Helena y los Dioscuros. Esta leyenda guarda relación con el valor simbólico de Némesis: Némesis personifica, en efecto, la «Venganza divina» --a veces la divinidad que, como las Erinias, castiga el crimen, pero, con más frecuencia, el poder encargado de suprimir toda «desmesura», como, por ejemplo, el exceso de felicidad en los mortales, el orgullo de los reyes, etc.--. Es una concepción fundamental del espíritu helénico: todo cuanto sobresale de su condición, tanto en bien como en mal, se expone a las represalias de los dioses. Tiende a trastornar el orden del universo, a poner en peligro el equilibrio universal; por eso debe castigarse si se quiere que el mundo siga tal como es. De este modo, Creso, demasiado feliz por sus riquezas y su poder, es arrastrado por la Némesis a su expedición contra Ciro, expedición que acaba por ser su ruina.

En Rammunte, pequeña ciudad del Ática situada a poca distancia de Maratón, en la costa del estrecho que separa Ática de Eubea, Némesis tuvo un santuario famoso. La estatua de la diosa era obra de Fidias, tallada en un bloque de mármol de Paros traídos por los persas, quienes lo destinaban a erigir un trofeo después que hubiesen tomado Atenas. Habíanse mostrado demasiado seguros de su victoria (signo de desmesura), y jamás conquistaron Atenas. La Némesis de Rammunte había suscitado el ejército ateniense de Maratón.

(P. Grimal, Diccionario de mitología griega y romana, Paidós, 2006, p. 375)

Gheorge Tattarescu (1820-1894)
Némesis, 1853
152 x 102 cm.
Museo Municipal de Bucarest


La verdad es que no existe unanimidad sobre la genealogía de Némesis: para Hesíodo (Teog., 233; Trab. y días, 200) es hija de la oscuridad y la noche (Érebo y Nix), mientras que Pausanias afirma que lo era de Océano (Descr., I, 33, 2-3 y 7-8) o Eurípides cree que su padre era el mismo Zeus. Se la suele representar con alas, con una corona y, a veces, un velo que le cubre la cabeza. En algunas ocasiones también lleva una rama de manzano en una mano y una rueda en la otra.

Representación de Némesis. Roma, siglo II d. C.


En Roma, a Némesis se la continuó considerando como una personificación del sentimiento moral, reprobador de toda violencia y todo exceso. Pero aparte de ser el instrumento de la cólera divina, también se la identificó con los dioses infernales (los Manes). Por eso, en una de las habitaciones del anfiteatro de Mérida, concretamente en una situada al lado del corredor sur, se piensa que pudo existir una especie de santuario en donde los gladiadores se encomendaban a la diosa Némesis antes de salir a la arena. Esta hipótesis está avalada por la inscripción que allí se encontró, pintada sobre el enfoscado de la pared, y que se puede ver en el Museo Nacional de Arte Romano.

Deae · Invictae / Caelesti · Nemesi / M(arcus) · Aurelius · F+++(?) / Roma ·
v(otum) · s(olvit) · a(nimo) · l(ibens)

«A la diosa invicta, la celestial Némesis. Marco Aurelio, de Roma, cumplió este voto con agrado y de buen ánimo»

Por cierto, esta Semana Santa estrenan la segunda temporada de Roma. Espero que los que no la hayáis visto todavía disfrutéis tanto como con la primera. En la Cuatro, todos los jueves a partir del día 20 de marzo, a las 22:15 horas.

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